La imputación constituye un procedimiento legal mediante el cual se notifica a una persona sobre la atribución de un hecho con relevancia en el ámbito jurídico penal. Este acto no solo es un procedimiento, sino también un derecho fundamental, ya que una vez que se le informa a la persona sobre el hecho atribuido, el acusado tiene el pleno derecho de ejercer su defensa.
En el marco del sistema adversarial, se reconoce la posibilidad de plantear defensas incluso antes de que se realice la imputación durante una investigación en curso. Esto se puede llevar a cabo mediante la presentación espontánea, lo que brinda al acusado la oportunidad de participar activamente en el proceso legal antes de la formalización de la imputación.
Una vez abierto el debate y explicado al imputado los hechos que se le atribuyen y consultarse si los ha comprendido, se lo invitará a prestar declaración si así lo desea. Este puede declarar en cualquier etapa de desarrollo del juicio, siempre que no sea obstructiva de su desarrollo.
Antes de cerrar el debate se lo debe invitar a expresar sus últimas palabras previo a la deliberación final.
